El aceite de germen de arroz (no el aceite de arroz), es un excelente aceite que actúa como un serum facial aportando a la piel del rostro tersura, firmeza, suavidad y previniendo el envejecimiento de la piel, además de sus propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes y reparadoras.

Rico en antioxidantes, ácidos grasos vitales para la salud de la piel, encimas y co-encima Q10 que actúan sobre las arrugas y la desnutrición del rostro.